sábado, 14 de agosto de 2010

Los cambios durante el nacimiento para el bebe y la importancia del contacto corporal

La otra noche estuve viendo una de mis series favoritas y me conmoví al ver a uno de los
personajes en su casa con su recién nacido sujeto
a su cuerpo en una tela a manera de aguayo o Foulard. Es que cada vez veo menos recién nacidos en brazos y más en sillitas y cunas. Recuerdo
entonces un viaje a Perú y Bolivia y otro a África, allí los padres o niñeras sostienen siempre a los bebes en sus brazos, me impresionó que casi nunca escuchaba llorar a los bebes.

Apenas nacidos, los bebés necesitan mas que cualquier otra cosa estar con la mama y el papa. Salvo que tengan problemas graves de adaptación, el lugar mas apropiado es piel a piel con uno de los
padres. El chequeo medico se puede hacer sin problemas sobre la panza de la mama.

No olvidemos que los cambios son enormes para un recién nacido.

De un momento a otro tiene que inhalar y exhalar, algo que hasta ahora nunca hizo.
Con el primer ciclo respiratorio cambia el intercambio gaseoso. Ya no viene la sangre oxigenada vía el cordón umbilical, sino que el bebe se procura el oxigeno por vía de la propia respiración.
Empieza a comer. Hasta ahora el tracto digestivo estaba absolutamente estéril. Además tiene que aprender a succionar, a tragar; algo que ya hizo in útero, pero ahora lo tiene que hacer respirando.

El recién nacido no tiene sensación de gravedad. Flotaba en su receptáculo, como un pez en el agua. Como muestra Frédéric Leboyer (1975) en “Birth without Violence”, p. 94: “Durante nueve meses, el bebe ha sido un viajero permanente: su cambiante mundo nunca ha dejado de moverse. Suavemente a veces, agitadamente otras. ¿No estuvo siempre en movimiento el cuerpo de la madre? Y cuando ella estaba quieta  o durmiendo, quedaba el gran ritmo de su respiración, de su diafragma. El bebe ha vivido en perpetuo movimiento. Ahora se produce un cambio espantoso: todo se detiene. Por primera vez. Nada se mueve. El mundo se ha congelado, ha muerto. Es lo desconocido.” El shock es aun mayor si, al nacer, se agarra el bebe por los pies, dejándolo colgar boca abajo. El feto apoya su espalda en el útero permanentemente, hasta a veces la empuja con sus movimientos. De repente, este apoyo desaparece.

Si se hace conocer la gravedad al niño de manera paulatina, poniéndolo primero en el abdomen de la madre, este cambio es menos traumático. Así se siente envuelto por el abdomen y los brazos de la mama y puede
acontecer un primer enraizamiento. (Concepto de la Biosíntesis, vea www.cuerpoyenergia.cl) Boadella (1987) describe: “En el niño pequeño el sentido de la gravedad está relacionado con la experiencia de caer.
Si es sostenido con seguridad, mecido, levantado o depositado, los movimientos con una temporaria ausencia de peso le permiten volver a sentirse acunado en los fluidos uterinos en el cuerpo de la madre.
Jugar con la gravedad se parece a volar.”

Los cinco sentidos estan comprometidos en este cambio: Los ojos que hasta ahora vieron luz tenue a través de la panza de la mamá súbitamente reciben luz plena. El oído hasta ahora ha percibido ruidos amortiguados; perciben el volumen a pleno. Cada ruido es nuevo y puede asustarlo. ¡Que mejor que escuchar las voces de mamá y papá que ya conoce!

La piel de un recién nacido es muy fina y delicada, hasta ahora estuvo estéril, y a partir del contacto con el entorno, se va a llenar de bacterias. Seria preferible que estas bacterias sean de la propia familia, de la cual ya tiene anticuerpos. El mas mínimo toque lo hace estremecer.

Es la primera vez que el bebe tiene que regular la propia temperatura de manera autónoma. Con la mayoría de las salas de parto a una temperatura de 20°, la piel del vientre de la madre es una incubadora natural; mullida y calentita.

El olfato de los recién nacidos está bien desarrollado. En algunas neonatologías ponen una tela que estuvo con la mama para que el bebe reconozca su olor. Así se relaja más.

Hasta el gusto esta comprometido. Si un recién nacido puede amamantar en los primeros momentos de su vida, va a recibir calostro, la primera leche que es rica en grasas y antiglobulinas, crucial para el sistema inmune. Además el recién nacido tiene un fuerte instinto de succión en la primera hora después del nacimiento. Si se puede aprovechar este momento, todo el amamantamiento va a ser más fácil.

Estos son los grandes cambios al nacer y se deduce la importancia del entorno y la actitud de los profesionales en este momento. El lugar del nacimiento debería ser un lugar tranquilo y con luces tenues, brindando una atmósfera relajada, no solamente para el bebe, sino también para sus padres. Los profesionales que atienden el parto deberían ser delicados y, en lo posible, según circunstancias, no invasivos, tocando amorosamente el bebe y dándolo inmediatamente a la madre.

Pero, por más que esto no suceda tan así, ¡se puede recuperar este momento! y aun, por más que el recibimiento de un bebe haya sido bueno, hay que seguir estimulando este contacto corporal tan importante.

La Dra. Marina Markovich, pediatra y ex-jefa de una importante neonatología en Viena en los años 80', revolucionó el cuidado de los bebes prematuros. En vez de tenerlos en incubadoras, aislados del contacto humano con muchísimos tubos por todos lados, desarrolló el “método canguro”. Este método consiste en tener al prematuro lo más posible en contacto directo, piel a piel con la madre. Tuvo resultados excelentes: los prematuros tratados con este método tenían menos problemas respiratorios, subían mas rápido de peso y se podían relajar mejor, lo cual resultaba en menor necesidad de cuidados intensivos (respirador, etc.), menos medicaciones, altas en menor tiempo y, por ende, ¡costaba menos! Lamentablemente esto colisiono con posturas recalcitrantes y la Dra. Markovich fue echada de la clínica. Igualmente, hoy en dia, su metodo se utiliza en varias clinicas en Europa y EEUU.

A lo que voy con el relato de esta extraordinaria mujer es que, en mi experiencia de observar los bebes en sus aguayos o foulards pasaba lo mismo: los bebes estaban más contentos, mas relajados. Sabemos que los bebes que nunca tienen contacto físico con otras personas se mueren, por mas que tengan todos los cuidados necesarios. Nacemos altriciales, necesitamos apegarnos físicamente a nuestro cuidador porque no estamos listos para enfrentar el mundo solo. Necesitamos estar lo más posible en contacto físico con nuestro cuidador para que el mundo no parezca tan hostil, para que no nos sintamos tan extraditados, indefensos al
entorno. No es solamente el contacto físico; es la mirada, escuchar la voz de quien ya conocemos, reconocer el olorcito de quien nos tranquiliza y poder fundirnos energéticamente con el cuidador principal.
Todo eso posibilita el mejor comienzo para la vida futura.

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